Para poder responder la pregunta necesitamos conocer a) el costo
ofertado para ejecutar el proyecto de construcción de las dos plantas de
carbón; b) la capacidad o tamaño de las unidades ofertadas; y c) el
tipo de tecnología ofrecida.
Sólo así se puede realizar una comparación sensata con las
estimaciones de costos de proyectos de plantas de carbón realizadas por
entidades oficiales y privadas norteamericanas y los costos finalmente
pagados por gobiernos y empresas privadas que ejecutaron proyectos de
plantas de carbón en diferentes países, incluyendo algunos de América
Latina.
El costo total ofertado por el Consorcio ganador de la licitación, en
lo adelante el Consorcio, fue de US$2,040.7 millones. Dado que en dicho
costo se incluyen US$95.5 millones para la construcción de un puerto
marítimo que no incluyen las estimaciones de entidades oficiales y
privadas norteamericanas en sus análisis, ni los países y empresas que
construyeron plantas de carbón que no requerían de este tipo de
instalación, debemos deducir esa partida, con lo cual el costo ofertado
del proyecto de Punta Catalina asciende a US$1,945.2 millones.
Utilizaremos ese costo y no el de US$1,849.5 millones que finalmente
se plasmó en el Contrato (US$1,945.0 – US$95.5), luego del Consorcio
aceptar la solicitud de rebaja de US$95.2 millones hecha por el
Presidente Danilo Medina a cambio de ejecutar una ingeniería valor y
extender a los miembros del Consorcio, una exención de impuesto sobre la
renta sobre los beneficios que obtendrían en dicho proyecto.
Para determinar la capacidad bruta y neta de las unidades,
utilizaremos la información suministrada por Stanley Consultants,
empresa norteamericana que presta servicios de Ingeniero de la CDEEE en
la implementación de las Obras del Proyecto. Stanley indica, en
comunicación dirigida a la CDEEE el 18 de noviembre de 2013, que la
capacidad nominal o bruta de cada unidad es de 384,994 kW, es decir, 385
MW, para un total de 770 MW, mientras que la capacidad neta de cada
unidad es de 347,576 kW o 347.58 MW arrojando un total de 695.2 MW.
Con esta información se concluye que el costo que ofertó el Consorcio
asciende a US$2,526/kW-bruto o US$2,798/kW-neto. Estos precios caen a
US$2,402/kW-bruto y US$2,661/kW-neto cuando se tiene en cuenta el
descuento gestionado por el Presidente Medina y establecido en el
Contrato aprobado por el Congreso.
Para poder realizar las comparaciones, debemos especificar el tipo de
tecnología. La oferta del Consorcio, tal y como establecían las
especificaciones técnicas, indica que se trata de unidades subcríticas,
con tecnología para mitigar de manera significativa las emisiones de
CO2, NOx, SO2 y material particulado.
Los parámetros de eficiencia y emisión de CO2 garantizados por el
Consorcio, colocan esas plantas en la geografía de las supercríticas. La
Corporación Financiera Internacional (IFC) del Banco Mundial establece
para las supercríticas un rango de eficiencia (E) entre 35.9% y 38.3%.
Catalina tendrá una eficiencia de 36.52%. Para las emisiones de CO2 el
rango de las supercríticas establecido por la IFC es 756-836
gCO2/kWh-bruto. Catalina emitiría 788.
Comparando a Catalina con las 533 plantas de carbón en EE UU que en
el 2015 generaron más de 500,000 MWh, se tiene que el promedio de
emisiones de CO2 de esas 533 plantas fue de 1,021 gCO2/kWh, casi 30% más
que el nivel garantizado para Catalina, mientras que el nivel de
eficiencia promedio fue de 32.83%, 10% más bajo que el garantizado para
Catalina. Sólo dos de 533 plantas de carbón en EEUU generaron en el 2015
menos CO2 por kWh que el que generaría Catalina cuando inicie sus
operaciones.
Sólo 11 exhibieron una eficiencia superior al 36.52%
garantizada para Catalina. Visto lo anterior, las características de las
plantas en Catalina permitirían que su costo sea comparado no sólo con
los de las plantas subcríticas convencionales sino también con los de
las supercríticas.
Representantes de algunas de las empresas dominicanas que
participaron en la Licitación del proyecto de construcción de dos
plantas de carbón en Punta Catalina y dirigentes políticos de oposición,
han afirmado que dicha obra fue sobrevaluada.
Un representante de una empresa local, que participó junto a una
empresa china en la Licitación, sustentó la sobrevaluación en el hecho
de que el consorcio del cual formaba parte la coreana POSCO E&C,
ofertó un precio de US$1,200 millones. Se desconoce de dónde se extrajo
esa información falsa, pues la oferta económica del consorcio del cual
formaba parte POSCO ascendió a US$2,068 millones, ligeramente superior
al de la oferta seleccionada (US$2,040.7 millones).
Dirigentes políticos de la oposición han señalado que Catalina está
sobrevaluada en US$600 millones. Para sustentar su afirmación,
utilizaron informaciones del informe del National Energy Technology
Laboratory, “Cost and Performance Baseline for Fossil Energy Plants,
Volume 1a: Bituminous Coal (PC) and Natural Gas to Electricity”, de Julio 6, 2015.
Cuando
se lee dicho informe, resulta obvio que el punto de partida para
determinar si Catalina fue o no sobrevaluada, es el “Total Capital
Overnight Cost”, pues este representa el costo de ejecutar un proyecto
de construcción de una planta de electricidad “overnight”, en el
instante, el cual excluye costos financieros y costos de escalamientos
por retraso. Dicho costo incluye todos los costos de ingeniería civil y
estructural, incluyendo la preparación de terrenos, drenajes,
instalaciones subterráneas de servicios públicos, provisión de acero
estructural y la construcción de edificaciones y vías de acceso si los
terrenos se encuentran en una zona aislada o incomunicada. Revisando el
documento se observa que el costo que estima el NETL es de US$2,429 por
kW-neto.
Ese valor, sin embargo, fue estimado en dólares del 2011,
algo que la oposición política no señala. Para llevarlo a dólares de
septiembre del 2013, simplemente se ajusta por el aumento porcentual en
el índice de precios al consumidor de EEUU entre septiembre del 2013 y
el promedio del 2011 (4.094%). En consecuencia, el precio en dólares de
septiembre del 2013 es de US$2,528/kW-neto.
Como saben esos dirigentes políticos, es necesario hacer un ajuste
por escala. La industria de plantas termoeléctricas no está exenta del
fenómeno de las economía de escala: mientras mayor sea la capacidad de
la planta, menor será el costo unitario por kW. Sucede que la planta
analizada por el NETL tiene una capacidad de 550 MW-neto. Las unidades
de Catalina, sin embargo, son de 347.58 MW-neto, bastante más pequeñas.
¿Disponemos de algún estudio que revele cómo aumenta el costo por
kW-neto de una planta de carbón pulverizado subcrítica con
características similares a Catalina, cuando la capacidad de la planta
es menor? Afirmativo. Sargent & Lundy, una empresa norteamericana
con 125 años de experiencia, que ha diseñado 958 plantas de energía con
un total de 140,667 MW para clientes privados y públicos en todo el
mundo, publicó el 28 de agosto del 2009 el estudio “New Coal-Fired Power
Plant Performance and Cost Estimates”. En dicho estudio se presentan
las estimaciones de costos por kW-neto de plantas convencionales
subcríticas de carbón pulverizado (bitominous) de tres capacidades
diferentes: 400 MW, 600 MW y 900 MW. Las eficiencias de las unidades
analizadas son de 36.5% (400 MW), 36.7% (600 MW) y 36.7% (900 MW), muy
cercanas al 36.52% de Catalina.
¿Qué arrojan las estimaciones de Sargent & Lundy? Que el costo
del kW-neto, en dólares del 2008, es de US$4,523 para la unidad de 400
MW, US$3,844 para la unidad de 600 MW y US$3,190 para la unidad de 900
MW. Como se observa, al reducirse la escala de 600 MW a 400 MW, el costo
aumenta en US$3.40/kW-neto (US$679/200) por cada reducción de 1 MW de
capacidad.
Cuando se ajustan a dólares de septiembre del 2013, los costos serían
US$4,920/kW-neto para la unidad de 400 MW, US$4,181/kW-neto para la
unidad de 600 MW y US$3,470/kW-neto para la unidad de 900 MW. Los
US$3.40 de aumento por cada reducción de 1 MW, subirían a US$3.70. Esto
implicaría que si reducimos la capacidad de la planta de NETL de 550
MW-neto a los 347.58 MW-neto de Catalina, sería necesario sumar al costo
de US$2,528/kW-neto de la planta de NETL el impacto de la deseconomía
de escala, el cual ascendería US$749 [(550 MW – 347.58 MW) x $3.70),
llevando el costo de la planta de NETL comparable a Catalina a
US$3,277/kW-neto, superior a los US$2,798/kW-neto de Catalina.
Sin embargo, debemos reconocer que Sargent & Lundy, como firma
seria que es, indica que sus estimados de costos son un promedio que se
mueven dentro de un rango de variación de (+/-30%). ¿Qué pasaría en el
caso extremo inferior, es decir, que los costos fuesen 30% más bajos que
el estimado por Sargent & Lundy? En ese caso extremo, el ajuste por
deseconomía de escala bajaría de US$3.70 a US$2.49 kW-neto por cada MW
de reducción. Dado que la diferencia de capacidad es de 202.4 MW, el
costo de la planta de NETL equivalente a Catalina subiría en
US$504/kW-neto, pasando de US$2,528/kW-neto a US$3,032/ kW-neto.
Si el costo que ganó la licitación de Catalina fue de US$2,798
kW-neto (US$2,526/kW-bruto), inferior a los US$3,032 que emanaría en el
escenario extremo de costo más bajo que resulta al ajustar el estimado
de NETL por el efecto de la deseconomía de escala, ¿de dónde es que la
oposición política saca que Catalina fue sobrevaluada?
¿Por qué
razón la oposición política olvida mencionar lo que establece NETL en su
documento de que “el valor principal de este reporte no reside en la
absoluta exactitud de los estimados de costos de capital para los casos
individuales (estimados a ser -15%/+30%) sino en la aplicación de un
enfoque consistente para permitir comparaciones sensatas de los costos
relativos de los casos evaluados?
¿Porqué razón no dice que la
advertencia hecha por el NETL implicaría un rango de variación del total
de costos de capital “overnight” de plantas convencionales de carbón
pulverizado subcríticas, que en dólares de septiembre del 2013,
oscilaría entre US$2,149/kW-neto y US$3,286/kW-neto con un punto medio
de US$2,718/kW-neto para una planta con una capacidad neta de 550
MW-neto, rango y punto medio que se elevarían considerablemente cuando
se ajusta por la deseconomía de escala generada por una capacidad
inferior de 202.4 MW en el caso de Catalina?
¿Por qué la oposición
política prefiere utilizar los estimados más viejos del NETL medidos en
dólares del 2011 y no estimados más recientes de la Agencia de
Información de Energía del Gobierno de los EE UU, que ya había publicado
los costos de capital “overnight” para plantas de carbón pulverizado en
dólares del 2012 y que llevados a dólares de septiembre del 2013
arrojaban un rango de US$3,310-US$2,992/kW-bruto para plantas de
650-1,300 MW?
¿Por qué no mencionó tampoco las estimaciones de Black
& Veatch, la tercera empresa norteamericana de ingeniería,
consultoría, construcción y operación de proyectos de energía, fundada
hace 102 años, con oficinas en más de 100 países y que ha completado
proyectos en los 6 continentes, la cual colocaba en US$3,103/kW-neto +
35%, en dólares de septiembre del 2013, el costo de una planta de 606
MW-neto, un valor muy por encima de los US$2,798 kW-neto de Catalina?
¿Por
qué tampoco menciona el estudio de Synapse Energy Economics de julio
del 2008 que resalta cómo se dispararon los costos totales de
construcción de plantas de carbón pulverizado en los EE UU, generando un
rango de US$ de septiembre del 2013 de US$3,399-US$3,806/kW-bruto?
¿Está
sobrevaluada Catalina a un precio de US$2,526/kW-bruto, inferior en más
de 25% al precio de US$3,375 que salió la planta subcrítica de AMP en
Ohio, cuando medimos ambas en US$ del 2013?
¿Está sobrevaluada
Catalina a un precio de US$2,526/kW-bruto, por debajo del precio de
US$3,360 que salió la planta de Duke Energy en Carolina del Norte?
¿Está
sobrevaluada Catalina a un precio de US$2,526/kW-bruto, inferior al
precio de US$3,167 que costó la planta de Jaguar Energy en Guatemala?
¿Está
sobrevaluada Catalina a un precio de US$2,526/kW-bruto, por debajo del
precio de US$3,075 que costó la planta de Town Cogen en Indiana?
¿Está
sobrevaluada Catalina a un precio de US$2,526/kW-bruto, inferior al
costo de US$3,035 que salió la planta de AES Fonseca en El Salvador?
¿Está
sobrevaluada Catalina a un precio de US$2,526/kW-bruto, por debajo de
los US$2,945, US$2,865, US$2,767, US$2,720 y US$2,546 que costaron,
respectivamente, las plantas Andina Hornitos, Cochrane, Angamos,
Guacolda y Bocamina II en Chile?
¿Está sobrevaluada Catalina a un
precio de US$2,526/kW-bruto, por debajo del precio de US$2,755 que salió
la planta Holocomb en Kansas?
¿Por qué la oposición política no
menciona que Stanley Consultants, una firma norteamericana de 104 años
de experiencia y que ha construido plantas termoeléctricas que suman más
de 10,000 MW, al ser consultada por la CDEEE, en el momento de la
apertura de las ofertas financieras, sobre los costos de las plantas de
carbón señaló que partiendo del costo de plantas de carbón construidas
con los estándares de EEUU dentro de los últimos 5 años de acuerdo a
fuentes publicadas, “el costo de menos de $3,000 /kW es muy razonable
para un sitio verde (nuevo)”, indicando que el costo de
US$2,526/kW-bruto ofertado para Catalina resultaba muy razonable?
La supuesta sobrevaluación de Punta Catalina es la mentira mejor mercadeada en los últimos años en la República Dominicana.
Debemos reconocer con humildad, que la oposición política ha sido más
efectiva propagando su mentira que el Gobierno explicando y difundiendo
la verdad. El precio ofertado por el Consorcio ganador de la licitación
de Punta Catalina (US$2,526/kW-bruto) y el finalmente contratado
(US$2,402/kW-bruto), no están sobrevaluados. Todo lo contrario, ambos
precios están subvaluados si lo comparamos con los precios estimados por
entidades del Gobierno y empresas de prestigio de los EE UU y con los
precios finalmente pagados por gobiernos y empresas de la región en
plantas subcríticas de carbón.
Se ha argumentado que la Licitación, al exigir estándares de EEUU
para el diseño y construcción de las plantas, forzó innecesariamente al
país en incursionar en el terreno de las plantas de carbón de mayor
costo. Se ha indicado que debió realizarse una Licitación donde se
permitiese ofertar tecnología subcríticas sin ataduras a un estándar
particular.
Es posible que un caldera subcrítica construida en Vietnam resulte
más barata que una construida por la norteamericana Babcock &
Wilcox, o que los turbogeneradores chinos, como los instalados en Jaguar
Energy de Guatemala, pudiesen resultar menos costosos que los
construidos por General Electric. La CDEEE optó por la mejor calidad
posible pues quería una planta con vida útil de 40 años capaz de operar
con una eficiencia en el rango de las supercríticas, pues así mantenía
las emisiones de CO2 en un límite razonable, inferior incluso al
promedio de emisiones de las 18 plantas y/o motores privados de fuel-oil
que serán apagados cuando arranque Catalina.
No olvidemos, finalmente, que en ocasiones “lo barato sale caro”. El
que tenga dudas que investigue lo sucedido en Guatemala con las dos
turbinas chinas, las cuáles, luego de la pruebas, tuvieron que ser
embarcadas de nuevo a China para reparación. ¿Ahorró dinero Guatemala
contratando tecnología con “estándares chinos”? No. La planta le salió a
US$3,167/kW-bruto, un 25% más caro el que precio ofertado para
Catalina.
Por Andrés Dauhajre hijo ;-
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