Mi voto por Turbay

Mi voto por Turbay

Ante la evidente amenaza para la democracia latinoamericana como lo es el socialismo bolivariano del siglo XXI, la ley del eterno retorno corresponde a una serie de efectos que se suceden cada cierto tiempo con mayor energía, me pregunto, como diría Álvaro Gómez Hurtado, si no hay que cambiar el sistema porque lo que no se puede permitir más es que seguimos pensando que todas las campañas políticas es con dinero, incluida la de Claudia Nayibe López en Bogotá, cuya señora madre, al parecer, fue militante del M-19, grupo violento, guerrillero, que secuestró, precisamente al doctor Gómez Hurtado, secuestro que permanece en la total impunidad.

Es que un país sin justicia, es un país sin esperanza.

Pareciera, que Colombia fuera el país del Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío, porque no suceden más cosas es de puro milagro.

Por ejemplo, ahora que estamos en campaña para la alcaldía de Bogotá en cabeza del joven Turbay, muy bueno, bien estructurado, serio, un Turbay recargado con todas las energías de los milenios de hoy; sería conveniente plantear que por cada 100.000 habitantes haya 230 policías.

La pregunta que debemos hacernos es si la policía se encuentra en capacidad de reacción para atender las necesidades de los ciudadanos bogotanos ante la maldad existente y evidente que se presenta por la micro inseguridad.

Sin ir mas lejos, en Transmilenio con la migración venezolana se presenta un evidente conflicto de seguridad.

En la estación de los Héroes, por ejemplo, se reúnen todos los miércoles en el monumento un grupo de jóvenes para fumar marihuana, dejando al pobre Simón Bolívar enmarihuanado. Al comentarle a un señor agente la situación, me responde que no pueden hacer nada por el fallo de la corte constitucional en el desarrollo de la libre personalidad.

Entonces, habría que pensar en cómo hacer para que la policía local pueda enfrentar los micro delitos que tanto afectan al ciudadano de a pie.

El sábado 7 de septiembre, precisamente, horas de la mañana se presentó un incidente. Un ciudadano venezolano en el sector de la Avenida Chile con Universidad Piedragogica, a la altura de la Universidad Santo Tomás, le robó un celular a un ciudadano bogotano.

El ciudadano actuó en contra reacción logrando recuperar su celular. Los vecinos, en solidaridad con el ciudadano cogieron a pata pura al ciudadano venezolano. Al comentarle a una patrullera que pasaba por la zona en su moto, muy elegante ella, lo que estaba sucediendo su respuesta fue: «ya va mi cabo para el lugar de los hechos».

Es decir que no solamente nos estamos quedando sin policías por cada 100.000 habitantes, sino que los pocos que hay no tienen capacidad de reacción inmediata.

Lo anterior, nos conduce a que nos hemos quedado sin capacidad de reacción para ejercer la justicia, por ejemplo.

El ejercicio de la justicia en bien del ciudadano de a pie debería ser la prioridad de cualquier candidato a las alcaldías en las próximas elecciones de octubre.

No el tema de la corrupción, como lo plantea la gritona y malqueriente Claudia Nayibe. A falta de ideas, bueno es un foulard para insultar a su contrincante.

El joven Turbay dando una muestra de ponderación y sabiduría interna, lleva la política por dentro, no le responde a sus agravios. Le responde con propuestas a la ciudad.

Porque al final lo que importa es que quien sea elegido para ocupar el Palacio de Liévano trabaje para la ciudad.

En ese contexto, la alcaldía de Peñalosa fue eficiente a nivel micro. Le faltaron algunos temas a nivel macro. En términos generales podríamos calificar a la alcaldía de Peñalosa con un 4.00 / 5.00 a pesar del desagradable impuesto de valorización.

A pesar que nos quedó debiendo el tema de las entradas y salidas a la capital. Se ha vuelto desagradable pensar en salir un fin de semana a cualquier municipio aledaño a la capital. Por una buena intención, salir a pasear un fin de semana, termina el ciudadano de a pie en un vehículo sembrado dos horas para ingresar a la ciudad de vuelta de su paseo. Para esa gracia, mejor me quedo en mi casa o me dirijo al estadio para ver al Santa Fe ganarle a las gallinas en el Campín.

Ole, ole, ole, ole, ola, por eso te quiero tanto, y cada día te quiero más.

Entonces, los bogotanos estamos advertidos.

Ante el despotismo de Claudia Nayibe, ante el orgullo de Luis Carlos Galán cuya fundación solo sirve para contratar con el Estado, mi voto para la alcaldía de Bogotá va por el joven Turbay. Prefiero un león como Turbay a una hiena como Claudia Nayibe en el Palacio de Liévano para los próximos cuatro años.

Mientras tanto, el ciego, el de las gafas, nos amenaza con fusil al hombro. ¿Ya renunciaron todos los magistrados que avalaron la impunidad contra Santrich?

Puntilla: mientras tanto, la crisis de ética periodística reflejada en Coronell y De Bedout viviendo en Miami.

@RaGomezMar

Publicado: septiembre 10 de 2019